11 Consejos de Mezcla que todo productor debería conocer, por Rob Burrell

11 Consejos de Mezcla que todo productor debería conocer, por Rob Burrell

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El ingeniero de Mezcla favorito de Dave Pensado nos cuenta algunos de sus trucos.

Rob Burrell es un ingeniero de mezcla que se ha convertido en habitual del estudio de Dave Pensado. ¿Pero qué tienen en común? El amor por la música y por la educación de las nuevas generaciones.

Burrell ha mezclado proyectos de grandes artistas de rock y country como Michael W.Smith, Carrie Underwood, Lady Antebellum, y muchos otros. También ha mezclado bandas sonoras de películas y actualmente está trabajando en un EP de hard rock, un disco de pop-opera y la música para tres montañas rusas del grupo Sea World.

“No trabajo por géneros—me dedico a la música. Escucho música de todas partes y me encanta poder trabajar en proyectos tan diversos a diario. Mis clientes provienen de todos los rincones del mundo, y me encanta.”

Y nos preguntamos: ¿Cuál es su secreto?

De cantante a ingeniero

Rob Burrell quería ser cantante y fue a la universidad para especializarse en el canto.

Un día, un profesor lo invitó a una grabación de coros que estaba produciendo:

“Nunca antes había visto un estudio, aquella noche todo cambió” recuerda Burrell. “Al contemplar al productor y el ingeniero conseguir lo que había estado escuchando toda mi vida—y que yo creía que ocurría automáticamente—mi enfoque cambió por completo. Era la unión perfecta de tecnología y musicalidad.”

Burrell cambió de rumbo y se pasó al programa escolar de Grabación y Producción. “Conseguí mi primer trabajo de asistente en 1994, cuanto estaba en la universidad, y aquel proyecto acabó siendo el primer disco de Platino que colgué en mi habitación.”

Diez años más tarde, pasó a centrarse en la ingeniería de mezcla—más allá de ser un ingeniero que sabe mezclar.

“Daba bastante miedo porque tenía cuatro hijos y una mujer que alimentar—¡pero fue una buena forma de motivación para alcanzar el éxito! Fue una transición difícil, pero mereció la pena. ¡Como 5.000 mezclas más tarde, sigo levantándome como si cada día fuera el primero!”

Burrell se lo ha currado para llegar a donde está ahora. Por el camino ha ido averiguando lo que funciona y lo que no. Se trata de un método de eficacia probada del que todo productor debería aprender.

Por suerte, Burrell también apuesta por construir el futuro de la ingeniería de mezcla. Estos son los 11 consejos de Rob Burrell para mezclar, trabajar en el estudio y vivir la vida (dixit):

1. Pregunta siempre ¿POR QUÉ?

Llevo años haciéndome esa pregunta cientos de veces al día—de forma consciente o no. Es un concepto con el que reto a todos mis aprendices, asistentes y clientes.

Si no puedes definir el “PORQUÉ” de cada acción, solo estas merodeando a la espera de encontrar algo que encaje con la canción. Si no tienes un objetivo claro, no sabrás cómo llegar a él.

A veces es divertido subirse al coche y dejarse llevar por la carretera. Pero si tienes que ir a comprar café y tu cliente llega en 15 minutos… Puede que no sea el mejor momento para salir de paseo.

Por ejemplo, tengo un bajo eléctrico en una canción de rock que marca los cambios de acordes y no consigo hacerlo brillar. Ya tengo el “PORQUÉ” necesita destacar: porque es crucial para los cambios.

Si elijo un limitador 1176 Blackface en lugar de un compresor de tubo STA-Level con 15dB de 800 Hz, 15dB de 1kHz y más arriba. ¿POR QUÉ lo hago? ¿Porque en algún lugar he leído que tienes que usar un 1176 en el bajo? ¿No hay un PORQUÉ?—no hay reflexión propia.

Uso el 1176 porque es rápido a la hora de dar calor y redondear el pico que he creado. Estaba buscando definición en los cambios de notas y eso es exactamente lo que me ofrece. El STA le daría más pegada, pero destacaría el sonido nasal del bajo. No reaccionaría tan bien a la hora de atenuar el eje frontal del ruido de la cuerda.

No te obsesiones con las “configuraciones” o te conviertas en un robot predeterminado. Trata de reflexionar de forma consciente y controlada en lugar de esperar un golpe de suerte.

En los primeros meses o años de tu carrera, será más como “CREO que esto es así porque…” Según vas aprendiendo y perfeccionando tu vocabulario de mixing, podrás decirlo con más firmeza: “Por ESTO hice tal cosa.” Así que no te obsesiones con las “configuraciones” o te conviertas en un robot predeterminado. Trata de reflexionar de forma consciente y controlada en lugar de esperar un golpe de suerte.

2. Dale brillo a los sentimientos

¡La música es puro sentimiento! Sin duda alguna. Por supuesto, es algo técnico y es un negocio. Pero al fin y al cabo, la música proviene de los sentimientos—se trata de expresar estados de ánimo u evocarlos, y es algo en lo que deberíamos hacer hincapié durante la mezcla y la masterización.

Así que escucha a tu compositor, artista o productor y encuentra el corazón que da vida a la canción. A veces será obvio con la escucha, pero otras es necesario ir más allá.

Si te involucras de forma sentimental y entras de lleno en la música, tomarás decisiones mucho más beneficiosas. Y por supuesto, no olvides preguntarte “¿POR QUÉ? cientos de veces.

3. Comprueba la acústica

Este es un punto crítico. Si pasas un poco de tiempo en internet, leerás que todo es cuestión de “acústica, acústica, acústica.” Y así es.

Cuando aún era aspirante a ingeniero, siempre pensaba en comprarme más material. Sabía que mis mezclas sonarían aún mejor. O un nuevo par de monitores haría que escuchara todo mejor. El mejor par de monitores no sirve de nada si no solucionas los problemas de acústica.

La buena noticia es que existen muchos productos geniales para ayudarte con ello. No es necesario gastarse cientos de miles de dólares para adaptar tu estudio.

Por ejemplo, uso el ASC Attack Wall system desde hace más de 17 años y es realmente genial. Cuando la gente entra en mi estudio para escuchar algo, no se puede creer que se trata de un sistema acústico modular, no un proyecto millonario.

Resérvate un poco de tiempo para aprender sobre acústica. ¡Es tu deber entender cómo afecta a tu trabajo!

Resérvate un poco de tiempo para aprender sobre acústica. ¡Es tu deber entender cómo afecta a tu trabajo! Obtén una copia de Room EQ Wizard y un micro de medición, y ahorra un poco de dinero para optimizar tu estudio. Por el contrario, es posible que no puedas escuchar el efecto del nuevo compresor carísimo que te acabas de comprar.

4. Escoge tu cadena de monitoreo de forma inteligente

Después de haber adaptado tu espacio, es importante tener una buena cadena de monitoreo.

Usar un DAC maestro (Conversor Digital a Analógico) y unos altavoces que conoces como la palma de tu mano te permitirán anticipar cómo sonarán tus mezclas en el mundo real. Es importante que tus altavoces te ofrezcan una imagen global— no que anulen o destaquen partes de la foto que tienes que perfeccionar.

La elección de los altavoces es algo bastante personal, pero no elijas algo simplemente porque suena bien. Elige unos altavoces que te inspiren a trabajar duro y hacer la mezcla perfecta. Varias veces  me ha ocurrido que, usando determinados altavoces, creía que todo sonaba más que perfecto… ¡Pero al escucharlo en un coche me he dado cuenta de que tenía que trabajar dos o tres horas más!

Así que es importante dejar que unos altavoces sinceros te guíen. Mi elección personal son los ATC SCM50 con doble subwoofer Bag End. Con ellos sé que lo que escucho en el estudio sonará exactamente igual cuando saque la mezcla a la calle.

5. Usa tus hemisferios izquierdo y derecho de forma justa

La mezcla debería ser un proceso fluido de transición entre el lado analítico (izquierdo) y el lado creativo (derecho) de tu cerebro—sin permanecer en uno de los lados durante demasiado tiempo.

Me encanta la tecnología de la que gozamos hoy en día. Sinceramente, no echo de menos la época de las cintas analógicas. Realmente no tengo ningún problema con lo que está ocurriendo en el mundo digital y me encanta la flexibilidad que ofrece.

Aunque sí que tengo un problema: siempre estamos mirando una pantalla. ¿Mirar la música? No, gracias…

Haz una prueba táctil de la mezcla. Cambiará la forma de la que piensas y escuchas tu proceso, por no mencionar el aumento de la efectividad para alcanzar tus objetivos.

Es algo muy particular en mi. Mis pantallas principales están a un lado, de forma que me obligan a girarme para verlas. No me gusta ver música mientras la mezclo. En su lugar, me fijo en los faders y knobs, con lo que puedo visualizar mi mezcla y sentirla—en lugar de dejarme influenciar por un montón de colorines en la pantalla o una curva de EQ que “parece” demasiado agresiva cuando veo el gráfico en el ordenador.

Es muy importante para mi workflow personal centrarme en la música. Obviamente, para la edición necesito mirar la pantalla, o para los plugins, pero la mezcla es diferente. Debería ser una experiencia creativa y musical. Solo un fader y unos pocos knobs que no permitan hacer de más de una cosa a la vez pueden hacerlo todo más emocionante

Prueba la mezcla táctil. Realmente cambiará la forma en la que piensas y escuchas durante tu proceso—por no mencionar la efectividad con la que podrás alcanzar tus objetivos mentales.

6. Para el headroom y los niveles, piensa siempre analógico

En la era digital, incluso una mezcla perfecta de 32 o 64 bits satura, con lo que deberíamos tomar como referencia los niveles analógicos. Nos encantan todos esos plugins de emulación de hardware, y los diseñadores los han creado basándose en el gain staging analógico.

La clave para conseguir el mejor sonido es entender que el cero que vemos en el DAW es 0dBfs (dB a escala  completa). Si llegas a ese punto, estás acabado, ya no hay espacio. Con los medidores de Pro Tools, siempre digo que el amarillo es el nuevo rojo.

Piensa en un vocal, por ejemplo. Cuando un vocalista alcanza el nivel amarillo, es posible que el nivel se aproxime al cero digital. Esto se debe a la lentitud de los medidores PPM (‘pseudo picos’) y la complejidad armónica  de la voz humana. Si el mismo vocal permanece en el nivel amarillo o acaricia el rojo, estás echando a perder el rango operacional óptimo del equipo analógico—y conversores y plugins.

Aprende las referencias que usa tu DAW (-16, -18, -20. etc.) y comienza a observar los medidores. A veces, la apertura y profundidad que buscamos en los plugins es fácil de conseguir simplemente recuperando el headroom que hemos perdido con procesos inadecuados.

Esto se aplica también a los samples y los Instrumentos Virtuales… muchas veces sus niveles rozan el cero. ¡No tengas miedo de bajar su nivel master 10 o 20 dB! ¡No importa si las ondas de audio se ven pequeñas! ¡ESTÁ BIEN! Por algo existe la función zoom de los ordenadores.

7. Limítate a los negocios

“Los negocios son importantes.” Como músicos, odiamos pensar así. Pero para muchos de nosotros, es crucial aprender a ser personas de negocios. Llega un momento en el que necesitarás ganar dinero para seguir haciendo música.

Con lo devaluada que está la propiedad intelectual hoy en día, es mejor que NO la devalúes aún más frente a tus clientes. Si trabajas gratis, el cliente no te ofrecerá mucho más.

Estudia el negocio que te rodea, entiende tu lugar en la industria, y ve siempre un paso por delante. No solo para sobrevivir hoy, si no para hacer lo necesario para sobrevivir también en el futuro.

Cobra siempre algo, aunque sea una cantidad ínfima. Tus tarifas deberían crecer al mismo ritmo que tu talento y tu clientela. En algún momento tendrás que cuidar de tu familia y tus niños—¡y la comida y los pañales no son gratis!

Estudia el negocio que te rodea, entiende tu lugar en la industria, y ve siempre un paso por delante. No solo para sobrevivir hoy, si no para hacer lo necesario para sobrevivir también en el futuro.

8. ¡Ve siempre por delante!

Si vas sobre seguro, te arriesgas a perder al cliente. Nos contratan por nuestra opinión. Si el cliente escucha la mezcla y no está mucho más convencido que cuando te mandó el primer borrador, ¿para qué te necesita?

Trabajo mucho para expandir las fronteras cada día—mis fronteras personales y las de mis clientes. A veces voy un poco demasiado lejos y los asusto un poco… PERFECTO. Siempre puedo volver retomar la ruta habitual si me he desviado demasiado. Si vamos un 10 % más allá de su zona de confort y luego retrocedemos un 5%, hemos ganado un 5%. Eso es la evolución—crear nuevas y excitantes rutas.

Si vas sobre seguro, nunca ganarás. ¡Sé atrevido, incluso temerario! La música es peligrosa, así que no tengas miedo. PERO recuerda:

  1. No seas diferente simplemente por serlo. ¡Aprende a entender POR QUÉ haces algo diferente!
  2. Asegúrate de que estas listo para escuchar a tu cliente dejando tu ego de lado, porque si no eres un buen colaborador, no volverás a recibir una llamada suya.

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9. Conoce la referencia

Hay dos cosas a tener en cuenta.

La primera es: ¿qué formato de audio es la referencia? Ten en cuenta siempre cuál es el formato del lanzamiento comercial que estás escuchando. ¿Streaming? ¿Descarga de iTunes? ¿CD? ¿Masterización HD? Los formatos con pérdida… pierden información.

Si escuchas una canción en streaming y tratas de copiar lo que estás escuchando, puedo casi garantizarte que tendrás menos altos y bajos de los que deberías y mucha compresión/limitación. Estos formatos no respiran de la misma forma que tus masterizaciones de máxima resolución.

Sé consciente de los efectos de estos procesos y escucha las sensaciones y las cualidades generales, en lugar de aceptarlos como verdad sónica absoluta. En cualquier caso, no deberíamos tratar de copiar otra mezcla, pero ten mucho cuidado con la forma tonal de cada uno de los formatos.

También es crucial conocer las referencias de tu cliente, porque ya me han dicho “la mezcla brilla demasiado” tras mandarme una referencia en MP3 en lugar de un WAV, con lo que los altos eran exactamente lo que querían… Triste pero cierto… ¡conoce los formatos!

La segunda cosa a tener en cuenta es sencilla. Simplemente recuerda que ¡no hay dos canciones iguales! No trates de encajar tu mezcla en una recuadro sónico para que se ajuste a una mezcla comercial que te encanta. De nuevo, trata de fijarte más bien en la sensación y las cualidades generales. ¡Hazlo a tu manera!

10. Haz preguntas

TODOS deberíamos aprender SIEMPRE. Yo mismo trato de aprender algo nuevo cada día.

Siempre hay alguien con más experiencia que tu, y a los que llevamos tiempo en el asunto nos encanta compartir nuestra pasión por lo que hemos aprendido.

Haz todo lo posible por aprender y entender por ti mismo, pero no tengas miedo de preguntar a la gente más experimentada.

Haz todo lo posible por aprender y entender por ti mismo, pero no tengas miedo de preguntar a la gente más experimentada. Todos hemos empezado allí abajo y hemos crecido con trabajo duro y conversaciones sobre nuestro arte. ¡Viva el espíritu de comunidad!

11. Vive la vida

Cúrratelo, sí. Cúrratelo con todas tus fuerzas. La vida en el mundo de la música es un verdadero reto, ¡pero es muy gratificante! Así que vive la vida con la gente que amas.

La inspiración viene de la gente que nos rodea. Rómpete la espalda a base de trabajo—a veces es necesario para aprender y avanzar. Pero si no recargas la pilas, acabarás derrotado.

¡Pasa el máximo de tiempo posible con tus amigos y tu familia!

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Joan

Amante del sampling, los breaks y el reconfortante calor del Rhodes. Responsable de la comunidad de LANDR en español. SoundCloud

@Joan

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