Volumen 101: Cómo los Niveles de Masterización Afectan tu Sonido
El volumen y las dinámicas son dos de los conceptos más importantes en la masterización.
La masterización se encarga de que tu canción suene lo suficientemente fuerte para competir en el mercado de música comercial. Y el impacto más grande del proceso de masterización es el volumen.
Parece haber un sinfín de argumentos acerca del volumen en la comunidad de audio. Entonces, ¿por qué es tan importante el volumen?
Algunos dicen que está matando a la música, pero hay muchos profesionales que aún están buscando el máster con el volumen más alto que puedan obtener.
Con más de 10 millones de tracks masterizados con LANDR, es hora de aclarar un poco el asunto.
En este artículo te contaré lo que necesitas para entender el volumen en la masterización, incluyendo qué es y qué significa para tus másters de LANDR.
¿Qué es el volumen?
El volumen es la percepción del cerebro humano de la presión sonora. Entre más energía (O nivel de presión sonora, SPL por sus siglas en inglés) tenga un sonido, más fuerte parece sonar.
Es simple de entender con un sonido real. Pero en tu DAW estás trabajando con señales de audio—no con ondas sonoras viajando por el aire.
Para encontrar el volumen de una señal, hay que medirlo. Dependiendo de cómo decidas medirlo, puedes llegar a diferentes muy distintas.
Para encontrar el volumen de una señal, hay que medirlo.
Evaluar el volumen
Método del Nivel de Pico
La primera forma de evaluar el volumen es ver el momento más alto en todo el track. Este método se llama nivel de pico—pero realmente no cuenta toda la historia.
Si trataras de subir el volumen de tu track a 0 dBFS usando el nivel de pico como punto de referencia, encontrarías un problema. El momento más alto del track sería optimizado…
Pero las partes más suaves no estarían nada cerca.
De hecho, aumentar el volumen de esta forma es equivalente a elegir la opción de normalizar en el menú de Bounce del DAW – definitivamente no es lo apropiado para masterizar.
Método RMS
La siguiente opción para evaluar el volumen es medir el RMS. RMS significa Root Mean Square, o Valor Cuadrático Medio. Es un método matemático para determinar el nivele promedio de una onda.
Comparando los dos, los valores del RMS son significativamente más bajos que los de pico, ya que el RMS tiene en cuenta las dinámicas extremas.
Percepción del Volumen
¡Aún hay más! Cómo has estado viendo el volumen “eléctrico”, aún no tienes una buena idea de que tan alto se percibiría el track.
Es ahí donde el estándar moderno, LUFS entra en el juego. LUFS son las siglas en inglés de Unidades de Volumen relativas a Full Scale (Loudness Units relative to Full Scale). Está basado en la forma en la que nuestros oídos (y cerebros) reaccionan a la intensidad del sonido en distintas frecuencias.
Con LUFS los ingenieros de masterización pueden hacer una medida que toma todo en cuenta. ¡Es el volumen promedio integrado basado en la percepción, relativo a la escala del DAW!
El Volumen en la Masterización
El volumen en la masterización se refiere a qué tan cerca del techo de 0 dBFS puede la masterización traer el nivel promedio (LUFS)
de un track.
Si arrastras una grabación comercial a tu DAW verás a lo que me refiero. Si es un máster de pop, rock o electrónica de una disquera grande, verás lo cerca que el nivel promedio está de 0 dBFS en los medidores del DAW.
La compresión del rango dinámico es el método usado en el proceso de masterización para alcanzar estos niveles.
Una vez la diferencia entre los picos más altos y el promedio se ha reducido, el nivel promedio de un track se puede subir sin arriesgarse a saturarlo.
Pero aumentar el nivel de esta forma también tienes sus contras… El volumen normalmente viene a cambio del empuje y las dinámicas—al fin y al cabo, ¡de eso se trata la compresión del rango dinámico!
El forcejeo entre el volumen y las dinámicas eventualmente llevó a una tendencia de niveles promedio más y más altos conocida como…
El volumen normalmente viene a cambio del empuje y las dinámicas.
La guerra del volumen
Mucho se ha dicho acerca del tema del volumen cada vez más alto de la música y del impacto que ha tenido en la industria y en los consumidores.
Pero si por alguna razón no has oído hablar de ella, la idea es esta:
A los ingenieros de mezcla y masterización siempres les han gustado los niveles altos, pero con la llegada de los limitadores con lookahead en la era de los CDs, el volumen se volvió una carrera de armas.
La teoría era que los oyentes preferirían instintivamente el sonido de los CDs que tuvieran un nivel más alto—especialmente si estaban cambiando entre tracks de álbumes distintos en un sistema multi-cd (¿los recuerdas?).
Así que los ingenieros de masterización comenzaron a subir los niveles de sus tracks más y más cerca a 0 dBFS. Eventualmente todo esto culminó en una serie de álbumes notablemente sobre-comprimidos que generaron rechazo de los oyentes y la comunidad de audio profesional.
Hoy en día, el nivel promedio que los servicios de streaming pueden enviar a tus altavoces está más o menos estandarizado.
Hoy en día, el nivel promedio que los servicios de streaming pueden enviar a tus altavoces está más o menos estandarizado.
Esto significa que en Spotify, la versión remasterizada de Thriller del 2003 no tiene un volumen mayor que el máster original de 1982.
Sin el volumen extra para engañar a nuestros cerebros, los másters sobre comprimidos suenan planos, fatigantes y no son muy placenteros.
Y eso es algo bueno para los consumidores. Ya no hay razón para comprometer el empuje y las dinámicas de tu máster sólo para ganar otra milésima de dB de volumen.
El volumen y LANDR
Así que, ¿dónde está LANDR en la posguerra del volumen?
Antes de ir muy lejos, dejemos una cosa clara – el volumen no es malo. Los másters con volumen alto pueden sonar bien, mientras no estén completamente aplastados con compresión.
Los másters con volumen alto pueden sonar bien, mientras no estén completamente aplastados con compresión.
El volumen definitivamente tiene su lugar en el paisaje musical. Algunos estilos y géneros requieren volumen máximo, mientras otros necesitan dinámicas delicadas.
Es ahí donde entran en juego las intensidades de masterización. LANDR ofrece 3 configuraciones de intensidad que cubren un amplio rango de volumen y dinámicas.
- Baja: Un toque ligero que preserva el balance dinámico
- Media: Volumen comercial, sin sacrificar empuje e impacto
- Alta: Volumen maximo, preservando los detalles
Baja es la menos comprimida, así que también es la más dinámica— y la de menor volumen. Es perfecta para música acústica, o música donde las dinámicas naturales son importantes.
Media está justo en la mitad, con un balance de volumen y rango dinámico. No tiene los efectos de compresión intensa, pero no tendrá todo el volumen posible. Cuando dudes, la intensidad media es un buen comienzo para la mayoría de tracks.
Alta es la más intensa. La compresión es pesada, pero satisfactoria y sin comprometer el volumen. Yo uso la intensidad alta cuando estoy trabajando en géneros que necesitan volumen alto para ser competitivos.
Pero la única forma de saber con certeza es masterizando un track y usando tus oídos para encontrar la intensidad que funciona para tu sonido.
Pensando en volumen alto
Hay muchas opiniones acerca del volumen, y se ha convertido en un pararrayos para la comunidad de audio.
Pero no es tan aterrador como suena. El volumen es una propiedad básica del audio, y vale la pena tomarse el tiempo de entender su rol en la masterización.
Tómate el tiempo de aplicar distintas intensidades a distintas versiones de tus tracks. Tendrás un mejor entendimiento del impacto del volumen en tus propias grabaciones.
Ahora que ya entiendes mejor el volumen, masteriza algunos tracks y escúchalo tú mismo.
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