5 signos de que el perfeccionismo está arruinando tu música y cómo superarlo
Eres creador de música y quieres sacar tu mejor trabajo hasta la fecha. ¡Por supuesto! Estás pensando en distribuir tu música, por que quieres que sea perfecta.
Pero la perfección en la música puede ser peligrosa…
Esforzarse por hacer lo mejor posible y sobrepasar barreras es genial. Es la fuerza que te motiva a seguir y mejorar tu arte. Pero cuando se convierte en perfeccionismo, provoca un bloqueo.
El perfeccionismo te lleva a la más dura autocrítica, que provoca que todo lo que haces te parezca terrible—así que acabas por no hacer nada.
Te lleva a la procrastinación, a la autoduda y al estrés, que afectan a tu verdadera creatividad.
Como artista, seguro que ya te has sentido paralizado por alguno de estos motivos:
- No saber por dónde empezar
- Miedo al fracaso
- Tu último fracaso
- Tu último éxito (y la necesidad de superarlo)
- El éxito o talento de alguien
- Las críticas de alguien
Todos estos miedos se deben a la búsqueda de la perfección.
La verdad es que, cuando aprendas a aceptar tu imperfección, podrás terminar mucha más música, conservar la inspiración durante más tiempo y desarrollar tu arte de forma más rápida—cuanto menos miedo, más lanzamientos. Y estos lanzamientos harán que crezcas como creador cada día.
Así que para ayudarte a convertir un día cualquiera en un día creativo, a continuación enumeramos 5 formas de las que el perfeccionismo podría estar afectando a tu música, y cómo superarlas. Así podrás volver a ser el increíble (e imperfecto) productor y harás tu mejor trabajo.
1. Crees que siempre necesitas algo más
Tu navegador tiene 20 pestañas abiertas con consejos para mejorar tu mezcla. Has visto 10 tutoriales sobre qué pedales de guitarra comprar—pero ya tienes 20 en tu estudio.
Estás obsesionado con el material que no tienes, o con aprender este o este otro truco…
Pero, ¿te has sentado de verdad a hacer música últimamente, con el material y el conocimiento que ya tienes?
Cuando el nuevo equipo o los excesivos retoques se convierten en una forma de evitar acabar una canción, el perfeccionismo se ha convertido en procrastinación.
Tu obsesión por el perfeccionismo puede ser LO ÚNICO que hace que no tomes riesgos o te plantees retos. Cierra todas esas pestañas, desconecta y vuelve a tu canción. Desconecta tu ego crítico durante 45 minutos (¡activa un temporizador si lo consideras necesario!) y crea libremente—luego vuelve al proyecto y arréglalo.
2. Siempre trabajas en tu live set pero nunca actúas en directo
El miedo escénico es algo normal en los músicos. Pero practicar hasta el infinito en tu sótano pensando que sólo actuarás “cuando estés listo” es una trampa.
Podría hacer que no actúes nunca jamás.
¡Sal de tu estudio! Consigue una fecha de actuación y cúrratelo para estar listo. La limitación temporal te sentará bien.
Consigue una fecha de actuación relativamente lejana, en unos pocos meses, aunque no te sientas preparado. Tener esa fecha en el calendario te forzará a trabajar con un objetivo concreto.
Recuerda que la música suena diferente en el mundo exterior—en altavoces diferentes, en salas llenas de gente, en pistas de baile repletas de energía. Necesitas tocar tu música fuera para ver cómo reacciona la gente. Y no tiene por qué ser perfecta desde el primer concierto.
Consejo práctico: Usa TODO el tiempo atribuido para tu prueba de sonido para asegurarte de que todo suena per-fec-to. Por eso estás ahí. ¡Mide dos veces, corta una sola!
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Es bueno tener un poco de miedo antes de los conciertos. Atrévete a actuar en directo y salir de tu zona de comfort.
Practica, prepara por adelantado y tenlo todo listo para minimizar el estrés de lo desconocido. Trata de alcanzar el estado mental en el que aceptas tus errores y dejas el perfeccionismo en casa. Verás que el reto merece la pena. Por el camino, has aprendido a estar listo para cualquier cosa. ¡Márcate otro objetivo!
3. Nunca compartes tu música porque tiene que ser ‘perfecta’
Todos hemos dicho alguna vez: “Compartiré la canción cuando sea perfecta” o “Oh, no. No puedo compartir mi música contigo, porque no está terminada”.
Buenas noticias: La perfección no existe—e incluso si existiera, no es lo que hace que una canción sea buena.
Es normal que quieras sacar la mejor música posible, incluso aunque la estés compartiendo de forma privada con un amigo. Pero esperar hasta que sea “perfecta” antes de compartirla con alguien provocará que:
- Nunca termines tu canción, aunque ya esté acabada y te obsesiones con los mínimos detalles
- Ya no escuches el interés de una canción porque la has oído demasiadas veces
- Creas que que nunca será perfecta y acabes abandonando
- Modifiques tanto la canción que acabes arruinándola
Buenas noticias: La perfección no existe—e incluso si existiera, no es lo que hace que una canción sea buena.
Es el momento de redefinir cómo contemplas la idea de compartir tu música y el concepto de “terminado”. Ya hemos hablado de cómo compartir música durante el proceso creativo es beneficioso. Obtener feedback durante tu proceso puede ser de gran ayuda para tu música porque ganas un segundo par de oídos.
¿Tienes miedo de ser juzgado y por eso no la compartes? ¿Tu miedo es una mera excusa? Estás perdiendo muchas oportunidades de conseguir feedback, colaboraciones potenciales y experiencias.
Deja la perfección a un lado y comparte versiones primitivas de tus canciones a menudo para conseguir tu mejor sonido.
4. Estás demasiado centrado en el resultado
Por supuesto, tu canción final es lo que la mayoría de fans escucharán, así que es importante que tu canción suene más que bien.
Pero obsesionarse con el resultado final puede impedir que hagas tu mejor trabajo, porque tu mente no goza de libertad creativa.
Cuando estás en el momento mágico y dejas que todo fluya, consigues tu mejor trabajo. Toda la magia ocurre de forma orgánica: Los errores afortunados, los momentos de sorpresa y los descubrimientos. Además, durante este proceso es cuando tu técnica y tus gustos toman forma–lo que hace que tú seas quien eres.
Si no dejas un poco de espacio para los errores, lo estás haciendo mal. La escritora Anne Lamott dice: “El perfeccionismo es malvado, es una forma helada de idealismo, mientras que los errores son el verdadero amigo del artista.”
“El perfeccionismo es malvado, es una forma helada de idealismo, mientras que los errores son el verdadero amigo del artista.” – Anne Lamott
No pienses en tus objetivos en blanco o negro. Implícate a tope en el proceso, aunque no sea lo que estabas esperando—porque al menos estás creando. Y el resultado podría sorprenderte.
5. Te comparas con el éxito irrealista
Si tu objetivo es ser el mejor en algo, te diriges directamente al fracaso. Siempre habrá alguien que lleva más tiempo haciéndolo, o con más experiencia, o con otro camino o ventajas… Compararte con alguien también es una forma de limitación. Sé TÚ mismo.
Compararte con alguien también es una forma de limitación. Sé TÚ mismo.
En lugar de crearte expectativas irrealistas comparándote con el prójimo, piensa en ti mismo. Mírate: ¿qué se te da bien? ¿Qué te gusta hacer y en qué puedes mejorar? Si tu medida del éxito eres tú mismo, te darás cuenta de que el crecimiento y la mejora son fáciles de ver.
Ser bueno en algo es un buen punto de partida—es el punto de partida. Trabaja para mejorar tus habilidades a tu ritmo, y escucha tus instintos creativos.
Márcate objetivos que consideras importantes. Comienza por tu posición actual. Piensa en las etapas hasta alcanzar estos objetivos, márcate algunas fechas y ponte manos a la obra. Olvídate de lo que dicen o piensan los demás—valora tu propio recorrido.
Es normal no triunfar a la primera.
Y recuerda que es normal no triunfar a la primera. Revisa tus objetivos sobre la marcha y ajústalos a la realidad. Si trabajas duro, te darás cuenta de lo fácil que resulta superarse. Hazlo lo mejor posible, y olvídate de todo lo demás.
El perfeccionismo es una ilusión
Lo que se esconde detrás del perfeccionismo de tus héroes es en realidad un millón de horas de trabajo duro y otro de fallos que forman parte de todo el proceso. El perfeccionismo no es bueno. Mata la creatividad y produce estrés, dudas y desánimo innecesarios.
Así que ve poco a poco. Márcate objetivos que te representen y divídelos en pasos más pequeños.
Atrévete a plantarte en el estudio y ver qué pasa. Tal vez nada. Tal vez no sea el día. Tal vez las primeras tomas sean malas. Pero de eso se trata. ¿Eres músico? Hazlo cada día. Uno de estos días, algo ocurrirá—Y al final acabará siendo algo diario.
En poco tiempo verás que, al no compararte con el resto y al deshacerte de la obsesión por el perfeccionismo, alcanzar tu propia definición del éxito es más sencillo de lo que crees.
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