Comprendiendo el Copyright Musical, las Licencias y la Sincronización con Virginie Berger
Los aspectos legales de la música pueden provocar más de un dolor de cabeza. Pero es importante entender este lado de la música si trabajas como músico independiente.
Si conoces tus derechos, sabrás cuándo has de cobrar por tu música.
Las licencias musicales en la industria musical hoy en día son complejas y liosas. ¿Por dónde empiezo? Copyright, licencias y sincronizaciones… ¿Qué significan? ¿En qué se diferencian
Virginie Berger tiene las respuestas. Berger es CEO de Armonia, una empresa encargada de gestionar las licencias musicales. Se trata de la primera empresa europea de este sector. ¿Su objetivo? Hacer que la cesión de licencias musicales y el procesamiento online sean mucho más simples para asegurarse de que todas las partes obtengan una remuneración justa.
A continuación, Berger comparte todo lo que necesitas saber sobre el copyright, las licencias musicales y las sincronizaciones, para ayudarte a comprender de qué forma deberías cobrar por tu música.
¿Qué es el copyright musical?
El copyright (o derechos de autor) es el derecho a la propiedad intelectual de un trabajo, basado en dos principios:
1. Derecho moral:
El reconocimiento de la propiedad de un trabajo y el respeto de la integridad del trabajo. Siempre pertenecerá al autor. Por desgracia, la ley estadounidense, por ejemplo, no reconoce los derechos morales.
2. Derecho económico:
Los autores tienen el derecho exclusivo de autorizar la explotación de su trabajo en una representación pública o reproducción y recibir una compensación por el uso de su trabajo. Un autor puede delegar a una sociedad de gestión colectiva la gestión de sus derechos económicos.
¿Qué son las licencias musicales?
Las licencias musicales son los permisos para usar música con derechos de autor en representaciones publicas.
Las licencias musicales son los permisos para usar música con derechos de autor en representaciones publicas. Cada vez que la grabación de una composición es reproducida como parte de una emisión, es necesario obtener un permiso por parte del compositor o el editor de la misma.
El propietario de un trabajo registrado tiene el derecho exclusivo de reproducirlo, distribuirlo, representarlo públicamente y adaptarlo. Esto incluye el derecho de ceder o rechazar la cesión de estos derechos a terceros.
Esto significa que, para la mayoría de los principales medios de comunicación, se ha de obtener una licencia y se han de pagar unos gastos. Según el uso, será necesaria una licencia diferente. Además, en función del tipo de uso, será necesario un permiso por parte del editor, el sello discográfico o ambos.
¿Quién se ocupa de las licencias?
Performing Rights Organizations (PROs) y las Collective Management Organisations (CMOs) son las responsables de emitir las licencias de representación publica.
En lugar de obtener permisos por cada canción de forma individual, los medios de comunicación obtienen una licencia general con cada PROs/CMOs que autoriza el uso de todo su catálogo. Esta licencia permite reproducir la música en la radio, por ejemplo—pero también en las plataformas de streaming (Spotify, YouTube, etc.).
Por eso es tan importante que los músicos y compositores sean miembros de un PRO o CMO. Gracias a estos contratos, los organismos recogen el dinero de los artistas y se lo entregan a estos últimos.
Por eso es tan importante que los músicos y compositores sean miembros de un PRO (organizaciones como ASCAP, BMI, SESAC, SOCAN) o un CMO (como SACEM, SIAE o GEMA). Gracias a estos contratos, los organismos recogen el dinero de los artistas y se lo entregan a estos últimos.
La reproducción en streaming y la descarga de música requieren la cesión de los derechos mecánicos (derechos para grabar, manufacturar y distribuir el trabajo musical registrado el trabajo musical de un tercero) y de los derechos de representación (el derecho a reproducir música en público, en un concierto, restaurante o club), con una división establecida por cada sociedad de gestión en el propio país.
Por ejemplo, en Francia, la división entre mecánico y de representación es:
- 90/10 para las descargas
- 75/25 para las suscripciones de streaming que incluyen reproducción offline
- 50/50 para las plataformas de streaming con anuncios
Paro los catálogos Anglo-Americanos, el propietario del 100% de los derechos mecánicos es el editor.
¿Qué son las sincronizaciones?
Las licencias de sincronización son acuerdos para el uso de música en proyectos audiovisuales. Las sincronizaciones son las cesiones de derechos de autor más utilizadas en el mercado.
Cuando una canción se reproduce como parte de una banda sonora de una película, programa de TV o similar, se le llama sincronización.
Ciertos usos de la música en los medios de comunicación no solo suponen la interpretación musical, si no que también pueden incluir la reproducción de la canción o de su archivo original. En estos casos, se han de obtener licencias adicionales que incluyen la reproducción.
Cuando una canción se reproduce como parte de una banda sonora de una película, programa de TV o similar, se le llama sincronización. En este caso es necesario obtener una licencia de sincronización, emitida por el editor musical o el compositor al que pertenece esta creación.
Específicamente, una licencia de sincronización permite la reproducción de una composición de forma coordinada con la imagen en movimiento de un trabajo audiovisual. En este caso, el productor suele ser el responsable de obtener la licencia, y no la cadena que emite el proyecto.
Al mismo tiempo, cuando la música es sincronizada con imágenes con fines televisivos u otras producciones audiovisuales, se ha de obtener una licencia para el uso de esta grabación. Esta licencia se conoce como licencia de uso maestro que, como la licencia de sincronización, suele ser obtenida por el productor.
En ciertas situaciones, la música registrada se puede emplear sin una licencia. Bajo la doctrina del uso justo, el uso de proporciones limitadas de material con copyright está permitido con fines académicos, críticos o científicos, entre otros.
Por desgracia, la ley no establece exactamente en qué consiste el ‘uso justo’. Lo más prudente es consultar siempre a un abogado antes de usar contenido con este ‘uso justo’.
¿Cuáles son los principales retos de la industria en lo referente a las licencias?
El principal reto del sistema de licencias es la identificación de trabajos.
El principal reto del sistema de licencias es la identificación de trabajos. Las sociedades de gestión se apoyan en los metadatos para identificar obras. Muy a menudo, la información disponible no tiene la suficiente calidad como para identificar de forma clara un trabajo y a sus propietarios.
Además, el sistema de licencias internacional se basa en dos tipos de información: los datos de la grabación, asociados con el International Standard Recording Codes (ISRCs) y los datos de publicación, asociados con el International Standard Work Codes (ISWCs). Hoy en día, no existe ningún sistema que reconcilie a los dos, y muy frecuentemente las empresas tecnológicas terceras no tienen acceso a ellos.
Para seguir siendo relevantes, las sociedades colectivas entendieron la importancia de la cooperación, y su futuro depende, principalmente, del éxito de este tipo de iniciativas.
Tecnologías como las marcas de agua acústicas, el enriquecimiento de metadatos o los blockchains se han ido desarrollando para reducir, con el tiempo, el número de trabajos no identificados. Aún así, cada día se añaden miles de trabajos a las miles de bases de datos musicales que existen en la industria de la edición—con lo que la tarea resulta muy compleja. En el pasado, han surgido iniciativas de centralización del repertorio, pero no han tenido demasiado éxito.
Para seguir siendo relevantes, las sociedades colectivas entendieron la importancia de la cooperación, y su futuro depende, principalmente, del éxito de este tipo de iniciativas. No solo para las licencias, si no también para los aspectos tecnológicos y técnicos, para superar de forma colectiva los retos a los que se enfrenta la industria actualmente, debido al enorme volumen de datos procesados, la identificación de trabajos, la comparación de grabaciones (códigos ISRC) con datos de edición (códigos ISWC) y la transparencia de la tecnología blockchain.
Cada vez existen más iniciativas comunes, como la asociación ASCAP/BMI para crear una base de datos común, el proyecto blockchain de SACEM/PRS/ASCAP, la iniciativa R&D de Polaris Future Lab, el acuerdo de ASCAP/PRS/STIM con la startup sueca Auddly… En Armonia, nuestro sistema de back office común limpia y optimiza los metadatos a una velocidad de 2 gigabites por minutos y se ocupa del big data, procesando alrededor de 0,5 TB de datos en cientos de archivos cada mes.
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